Se ha
comprobado que las redes sociales son utilizadas por más tiempo en el
transcurso del día por personas que sufren algún tipo de ansiedad, o algunos
tipos de complejos sociales; y es que las redes sociales se han convertido en
una forma de inclusión social, de compartir ideas políticas, religiosas, y
diferencias ideologías; pero el mayor efecto que han tenido las redes sociales
ha sido sobre autoestima de aquellos que frecuentemente recurren a la red para
buscar una salida a su realidad, o tratar de ser aceptado por la sociedad. Muchas personas en el mundo son incapaces de
mostrar en público sus intereses y necesidades, y utilizan las redes sociales
para este fin, o tienen la imperiosa necesidad de ser visto o escuchado.
Por un lado
las mujeres que utilizan frecuentemente las redes sociales tienden a deprimirse
más que los hombres, ya que se sienten en su mayoría inconforme con su físico,
al observar otras mujeres que trabajan su cuerpo, presumiendo así su estado físico
o que tienen la facilidad de verse “más lindas” según los paradigmas que ha
fijado la sociedad moderna, una mujer con medidas perfectas y rostro de Barbie.
Las mujeres
son más competitivas que los hombres, ellas prefieren ser vistas para ser
admiradas; muchas veces confundiendo la sensualidad con la belleza. Aquí está
el mayor complejo de las mujeres, donde las redes sociales causan un efecto muy
negativo en las mujeres, que tienen su auto estima baja, ya sea por sentirse demasiado
flacas o demasiado gordas, al ver como sus “amigas” muestran sus exuberantes
cuerpos en bikini, mientras ellas tienen que tapar con una toalla sus también atributos,
que son menospreciados por ellas mismas al escuchar lo que la sociedad del
consumismo les enseña a través de medios que atacan el subconsciente.
Al otro lado
de la moneda, los hombres, han sentido también los embates de las redes sociales, para
conseguir su inconformismo hacia ellos mismos; la apariencia física también es
un punto de vulnerabilidad masculina, siendo afectados por los comentarios
acerca de los tamaños, colores y por supuesto los célebres cuadritos en el estómago.
También pasa por la mente del hombre su incapacidad económica, de complacer a
su novia o esposa como otros hombres en las redes sociales lo hacen, por
ejemplo: cuando ven que un “amigo” le propone matrimonio a su novia en una isla
paradisiaca, ilustrándolo en unas fotos que de lejos se ven tomadas con cámaras
HD, y viendo desde la pantalla de su
pequeño celular comprado de segunda, al cual no le sirve ni la cámara de pocos
pixeles que utiliza, le recuerda que no tiene empleo y que no puede hacer lo
mismo, un instinto de competencia puede llevar a una depresión a quien piense
de esta manera.
Otro de los
complejos que asume el hombre al utilizar las redes sociales es el de la inconformidad
con su pareja, al mirar fotos de otras mujeres los hombres tienden a compararlas
con su novia o conyugue, desligándolo, de alguna manera de la realidad y lo
lleva a generar fantasías rechazando el físico de la mujer que está a su lado,
queriendo tener “algo mejor”. En el caso de no tener pareja entra en juego su físico
al ver cómo estas chicas fitnes coquetean con otros hombres públicamente en las
redes, mientras a ellos no les responden ni siquiera un mensaje inbox, de lo
cual no están obligadas, pero se produce una afectación en el estado mental del
hombre que se siente menos persona que los demás.
Todo se resume
en la competencia del físico y el verse bien o mejor que los demás, presentar
una imagen que no es real, por eso los filtros son tan famosos.
Afecta también
la mente del usurario de las redes sociales la presunción de aquellos que se toman selfies
en lugares exóticos o realizando algunas actividades, que entre otras cosas no
disfrutan por estar pendientes a cuantos likes, me encanta o me divierte,
reciben en las redes sociales.
Hemos llegado
a un momento en la historia donde muchas personas se están suicidando por culpa
del bulling, su inconformidad con el físico, su inconformidad por ser aceptados,
los malos comentarios y replicas en las redes sociales; la vanidad ha llegado a
extremos insospechados, que ha producido mucho más mal en el ser humano, incrementándose
por el uso de las redes sociales.
Debemos desarrollar
la conciencia de que existen modelos dictados por la sociedad, que no por ello
son los prototipos que debemos seguir para sentirnos mejor; las redes sociales
no deben moldear nuestra conducta, ni cambiar nuestro estado de ánimo; si somos
dueños de nuestro razonamiento debemos entender que nuestra auto aceptación es
la principal arma que tenemos contra las enfermedades que pueden llegar a
afectarnos psicológicamente.
No podemos
dejarnos llevar por el mercantilismo de las marcas o los enfoques neo
culturales que nos dicen como nos vemos mejor; el gusto por la apariencia física
es relativa, lo que le gusta a alguien no es necesariamente el gusto de otros.
El único que
tiene control de los pensamientos es el mismo individuo, si entendemos que las
redes sociales no son más que sistemas de socialización y no de competencia
para la aceptación social, podremos vencer muchos problemas que agobian a la
sociedad actual en el tema de la salud mental.
A pesar de que
son muchas las vías en que se promulgan el cómo debemos ser y como debemos
hacer, debemos entender que hay una cosa más importante: vivir siendo felices
como somos, con lo que tenemos y hacemos, no por la aceptación en las redes
sociales.
La gracia y la paz de Dios este con ustedes.
Luis Morales Meza
Consejero